25 de diciembre de 2012
19 de noviembre de 2012
Resumen musical 2001 ~ 2010
01 The White Stripes 2003 Seven nation army
02 Franz Ferdinand 2004 Take me out
03 Clap Your Hands Say Yeah 2005 The skin of my yellow country teeth
04 Bloc Party 2005 This modern love
05 Phoenix 2009 Lisztomania
06 Daft Punk 2001 Aerodynamic
07 Arcade Fire 2004 Rebellion (lies)
08 Sebastien Tellier 2004 La ritournelle
09 Crystal Castles 2010 Vietnam
10 Los Planetas 2007 Alegrías del incendio
11 Extremoduro 2002 la vereda de la puerta de atrás
12 M 2003 La bonne étoile
13 Yann Tiersen 2005 La jetée
14 Vincent Delerm 2004 La natation synchronisée
15 The National 2009 So far around the bend
16 Animal Collective 2009 What would I want? Sky.
17 Beirut 2006 Elephant gun
18 Bon Iver 2007 Skinny love
19 Cat Power 2006 The greatest
20 Mumford & Sons 2009 Awake my soul
21 Sufjan Stevens 2005 Chicago
22 Sigur Rós 2002 Samskeyti
23 Weezer 2001 Island in the Sun
Los enlaces llevan a los recopilatorios en los que utilicé originalmente estas canciones. El título del disco remite al sample más importante de toda la década pasada.
Ejercicio suicida donde los haya, el recopilatorio con condiciones es el reto más absurdo al que todo melómano debe someterse cual Lars Von Trier del rock al menos una vez en la vida. Por supuesto el resto de compilaciones tienen sus propias restricciones (las que siempre fueron la marca de la casa: no repetir canciones, so peligro de clasificarse como off -fuera del catálogo; no abusar de los hits, primando la cara b, la rareza o el single foráneo al álbum; y luego las normas específicas a cada colección, como la serie de los Cafés, la de las ciudades, etc.), pero aquí el riesgo es someterse a una norma tan arriesgada como sincera: hacer un disco con las 23 canciones de la pasada década que más he escuchado en estos últimos 12 años. Sin poder descartar y sin poder añadir.
El proyecto en realidad no empezó por ahí: en un primer momento era mucho más ambicioso pues Chilled Records, en toda su grandilocuencia, pretendía nada menos que hacer un best-of de la década, juntar en un solo CD las 20 mejores canciones de un periodo de 10 años, algo absolutamente inasible. Hace ya tiempo que di por muerta esta idea, como tantas otras (Versalles, Granada...) pero recientes decisiones que anunciaremos pronto me han movido a darle un último impulso y resucitar la cosa y, vaya, al final ha quedado mejor de lo que jamás pensé que podría quedar (está feo que lo diga yo pero no soy Antonio Luque y no me dedico a decir yo las cosas malas para que el periodista tenga que decir las buenas).
Lo que más me gusta de todo esto es que, pese a la brutal sinceridad a la que te obliga una obstrucción como esta, he podido constatar que no tengo ninguna Rihanna que confesar: asumo todas y cada una de las 23 canciones como muy buenas canciones, cada una en lo suyo. La otra gran dificultad ha sido mezclar un disco con tantas canciones tan conocidas y tan quemadas y no sacar un recopilatorio quemado a su vez.
Ni que decir tiene que este disco espeja con la traicionera función de los iPods/iTunes/iEtc que desvela, con un simple click, las 25 canciones más reproducidas en la biblioteca de cada usuario. Descubrí esto durante unas frías navidades pucelanas, en la época en la que en España todavía decíamos 'ipod' y no 'aipod', gracias al -fracasado- intento villaverdino de poner a la hermana pequeña de una de nuestras colaboradoras en evidencia.
Como decíamos, estas son las canciones publicadas entre 2001 y 2010 que más veces he escuchado, sin repetir grupo eso sí, y cargándome algunas demasiado largas o que se alejaban demasiado del rock o de las estructuras del pop, como el mejor tema de jazz de toda la década (2003). También podía haber metido versiones alternativas, directos o remezclas, pero la idea era tener un disco lo más obvio posible y renunciar, por una vez, a seleccionar la canción difícil de encontrar en beneficio de la más absoluta claridad e inmediatez.
Sin duda el punto fuerte es cómo juego con los encadenamientos, que me han quedado todos fetén salvo la entrada y salida forzadas de Crystal Castles (no había manera de encajarlos pero tenían que estar) y el pegote final de Weezer que hay que tomarse como el típico bonus track que rompe la armonía del final del disco: la honestidad mandaba. El resto, como digo, parece que hubiera sido grabado originalmente así (bueno, igual exagero un pelín).
En cualquier caso la primera mitad del disco levanta cualquier fiesta (hasta la pausa Tellier), puesto que reproduce mi etapa nunca me entero/lentejas (el resurgir del rock de guitarras a principios de década, al que yo llegué tarde y del cual me salí pronto), mientras que la segunda manda a casa a los invitados pesados que pretenden alargarla hasta las tantas.
Para los estadistas: EEUU 10 Francia 6 España 2 Canadá 2 Reino Unido 2 Islandia 1, y eso que yo siempre paso por ser el pro-británico frente a Paco el pro-americano en el gran duelo de naciones de rock anglosajón... Observarán, por cierto, que de muchos de mis favoritos de los 90 (Portishead, Björk, Radiohead, Alpha, Archive, Massive Attack, Blur, Oasis, etc.), ni rastro de sus discos de los años 2000: para que no digan que no me renuevo.
Ejercicio suicida donde los haya, el recopilatorio con condiciones es el reto más absurdo al que todo melómano debe someterse cual Lars Von Trier del rock al menos una vez en la vida. Por supuesto el resto de compilaciones tienen sus propias restricciones (las que siempre fueron la marca de la casa: no repetir canciones, so peligro de clasificarse como off -fuera del catálogo; no abusar de los hits, primando la cara b, la rareza o el single foráneo al álbum; y luego las normas específicas a cada colección, como la serie de los Cafés, la de las ciudades, etc.), pero aquí el riesgo es someterse a una norma tan arriesgada como sincera: hacer un disco con las 23 canciones de la pasada década que más he escuchado en estos últimos 12 años. Sin poder descartar y sin poder añadir.
El proyecto en realidad no empezó por ahí: en un primer momento era mucho más ambicioso pues Chilled Records, en toda su grandilocuencia, pretendía nada menos que hacer un best-of de la década, juntar en un solo CD las 20 mejores canciones de un periodo de 10 años, algo absolutamente inasible. Hace ya tiempo que di por muerta esta idea, como tantas otras (Versalles, Granada...) pero recientes decisiones que anunciaremos pronto me han movido a darle un último impulso y resucitar la cosa y, vaya, al final ha quedado mejor de lo que jamás pensé que podría quedar (está feo que lo diga yo pero no soy Antonio Luque y no me dedico a decir yo las cosas malas para que el periodista tenga que decir las buenas).
Lo que más me gusta de todo esto es que, pese a la brutal sinceridad a la que te obliga una obstrucción como esta, he podido constatar que no tengo ninguna Rihanna que confesar: asumo todas y cada una de las 23 canciones como muy buenas canciones, cada una en lo suyo. La otra gran dificultad ha sido mezclar un disco con tantas canciones tan conocidas y tan quemadas y no sacar un recopilatorio quemado a su vez.
Ni que decir tiene que este disco espeja con la traicionera función de los iPods/iTunes/iEtc que desvela, con un simple click, las 25 canciones más reproducidas en la biblioteca de cada usuario. Descubrí esto durante unas frías navidades pucelanas, en la época en la que en España todavía decíamos 'ipod' y no 'aipod', gracias al -fracasado- intento villaverdino de poner a la hermana pequeña de una de nuestras colaboradoras en evidencia.
Como decíamos, estas son las canciones publicadas entre 2001 y 2010 que más veces he escuchado, sin repetir grupo eso sí, y cargándome algunas demasiado largas o que se alejaban demasiado del rock o de las estructuras del pop, como el mejor tema de jazz de toda la década (2003). También podía haber metido versiones alternativas, directos o remezclas, pero la idea era tener un disco lo más obvio posible y renunciar, por una vez, a seleccionar la canción difícil de encontrar en beneficio de la más absoluta claridad e inmediatez.
Sin duda el punto fuerte es cómo juego con los encadenamientos, que me han quedado todos fetén salvo la entrada y salida forzadas de Crystal Castles (no había manera de encajarlos pero tenían que estar) y el pegote final de Weezer que hay que tomarse como el típico bonus track que rompe la armonía del final del disco: la honestidad mandaba. El resto, como digo, parece que hubiera sido grabado originalmente así (bueno, igual exagero un pelín).
En cualquier caso la primera mitad del disco levanta cualquier fiesta (hasta la pausa Tellier), puesto que reproduce mi etapa nunca me entero/lentejas (el resurgir del rock de guitarras a principios de década, al que yo llegué tarde y del cual me salí pronto), mientras que la segunda manda a casa a los invitados pesados que pretenden alargarla hasta las tantas.
Para los estadistas: EEUU 10 Francia 6 España 2 Canadá 2 Reino Unido 2 Islandia 1, y eso que yo siempre paso por ser el pro-británico frente a Paco el pro-americano en el gran duelo de naciones de rock anglosajón... Observarán, por cierto, que de muchos de mis favoritos de los 90 (Portishead, Björk, Radiohead, Alpha, Archive, Massive Attack, Blur, Oasis, etc.), ni rastro de sus discos de los años 2000: para que no digan que no me renuevo.
18 de noviembre de 2012
El deshielo de Chilled Records?
Siguiendo esa constante necesidad de darle un sentido narrativo a la existencia de las cosas, me atrevo a decir que las características de los tres recopilatorios anunciados tiempo ha les hacen candidatos a ser los últimos que vean la luz.
No es la primera vez que amenzado con cerrar Chilled Records y quizás no sea la última (lo que me convertiría en un Michael Jordan, Lance Armstrong o Michael Schumacher cualquiera, y no me dejen poner ejemplos de rock porque entonces esta entrada no terminaría nunca), pero sí es la primera vez que lo veo con mayor nitidez y que existe la posibilidad real de que todo esto eche el cierre (y cuidadín con que la onda expansiva no afecte a Tunantes), ya que llevo rumiando la idea durante más tiempo que otras veces.
CR ha vivido diversas mutaciones (el cambio de las casetes a los CDs/descargas -pero sigo escuchando las cintas aquí en Nantes, no teman- o la perdida de los dos colaboradores más prolíficos, origen de las primeras dudas sobre la continuidad de la cosa) pero también ha mantenido unas constantes (discos de ciudades, bests-ofs de grupos, resúmenes del año, colecciones y series, monotemáticos sobre canciones...) que daban fe de su solidez (vaya, parece que estuviera buscando inversores: no se preocupen, el servidor lo paga mediafire).
Spiritualized: otro proyecto de largo recorrido... |
Sin embargo, en los últimos años, la mayoría de recopilatorios giran en torno a las novedades del momento y bueno, servir de filtro cuando se posee el excelso gusto melómano que me conocéis siempre está bien (por aquello del servicio social y tal), pero a uno no le motiva demasiado (el introvertido que ha agotado su energía, según esta excelente viñeta). Hasta hace bien poco lo que tiraba del carro eran las ganas de demostrarme que podía terminar el permanentemente aplazo por ambicioso y por lo tanto imperfecto triple recopilatorio (toma pitchforkazo) de grupos de Nantes, ciudad que vive una soterrada explosión musical en la actualidad y que, siendo justos, merecería una segunda parte (es decir, una cuarta) que incluyera todos esos nuevos grupos que adoro y que ni siquiera aparecen en mis discos. Pero Nantes/Naoned me dejó exhausto y sin ganas de seguir con los que se han quedado en la cuneta (Granada, Versalles...).
Como decía, en los últimos años ya no tengo ideas nuevas para recopilatorios, es decir, conceptos de los que partir (para al final poner a los mismos grupos de siempre con la excusa de la agrupación temático/narrativa pero eh, qué quieren) y me estoy limitando a materializar las que llevaban tiempo en el cajón. Además, nunca fui fan de hacer discos sobre ideas no musicales, aunque recientemente hemos albergado dos glorias en la forma de Night (canciones que incluyeran la palabra en su título) y del vacazulesco Quiero ser Santa (con motivo de la visita papal a Madrid) para contradecir lo que acabo de enunciar. Esta falta de ideas de recopilatorio nuevas no quita para que estos años me hayan ido curtiendo: precisamente pienso que la mayoría de mis mejores discos los he sacado recientemente (fácil de decir por la imposibilidad de distanciamiento), y ahí están Our nature is not a trap, CR11, Tú lo nievas o los Lord 2 y 3 para demostrarlo.
Es muy probable que CR tal como lo conocemos desde 1999 desaparezca, porque de lo contrario estamos abocados a reconversión (ahora ya no voy a tener tiempo de echarle tantas horas) y miren, yo lo de hacer listas de Spotify, qué quieren que les diga, como que se lo dejo a los débiles. Otra opción, mucho más noble pero igual de absurda, es la de hacer mixtapes en un triste mp3 sin separar las canciones: hay muchos francamente buenos, y vienen bien para descubrir cosas o para admirar la pericia de tal o cual indie kid pero la verdad, estamos en 2012, en pleno boom del html5, de la computación distribuída y tal, y aquí hay señores que te plantan un mp3 de 90 megas que tienes que ir escudriñando a mano para encontrar la canción que buscas, como cuando aún no había llegado el CD, se acuerdan? Puedo entender que quizás se haga por temas legales o porque quieren obligarte a oirlo en orden y de una sentada, objetivo tan loable como utópico hoy en día (aunque yo comparto esta idea de disco, con principio, final o caras A y B, no toco el bajo de espaldas y entrego los mp3 ya cortados y etiquetados).
Siendo así, el calendario nos arroja un escenario en el que noviembre o diciembre debería ver el final de mi etapa psicodélica con el tantas veces postergado best-of de mis adorados Spiritualized (sin Spacemen 3), a lo que unas semanas después (el 31 de diciembre, acompañado como es costumbre de la ansiada lista de los mejores discos de 2012) debería unirse el clásico resumen de lo mejor del año (para cerrar de una vez mi fastidiosa tendencia de esta década entrante de no utilizar más que canciones recién publicadas. Luego ya habría que esperar hasta, digamos, mayo de 2013, para que el círculo se cierre con el unsingles de R.E.M., disco con las mejores canciones que no fueron sencillos y que espeja con una de las primeras cintas que publiqué en aquel lluvioso septiembre vallisoletano de 1999. Así que ahora que ya lo saben: les quedan aún unos meses para entregarme sus recopilatorios si tienen alguno en mente. A menos que de aquí a entonces decida que, con la mayor literalidad posible, esto es lo que realmente me da de comer, como buen introvertido que soy.
9 de noviembre de 2012
3 de noviembre de 2012
Godspeed You! Black Emperor VS Nanchester
Dos baterías, dos bajos, tres guitarras, un violín y cero cantantes: enumerar la alieneación del grupo canadiense faro del emblemático sello Constellation da ya una buena medida de a qué pueden sonar los GY!BE en su triunfal regreso tras ocho años de proyectos paralelos menos interesantes. Yo siempre fui más de Mogwai, que son más comerciales (también hay distinciones en el post-rock, no crean), pero estos ayer me impresionaron lo suyo. Pero primero:
Desde la recién terminada Seminci me llega, vía Ana y Rubén un precioso disco de la enésima colaboración de Occidente con músicos de Mali, auténtica patria africana del rock y lugar probable de nacimiento del mismo, o al menos de la corriente musical que inspiró a los negros americanos a crear el blues, padre putativo del rock. Esta vez Occidente pone una trompeta de jazz nocturno (sí, hombre, eso que tocaba Miles Davis, así como una suerte de trompeta ronca y solitaria) y el maliense lo de siempre, la voz estupenda y sobretodo la guitarrilla esa tan típica cuyo nombre debería conocer.
Ayer estuve en el evento central del festival de música indie que tenemos en Nantes, el Soy Festival, al que casi nunca voy porque no conozco a los grupos (imagínense: es que es indie en el sentido primigíneo del término) o me tientan poco. Como bien dijo cuando pasó por aquí JD Beauvallet (acaso el crítico francés de rock más importante que ha habido jamás) explicando la mutación de los Inrockputibles en semanario sociológico, la música ya no es tan importante para la gente (ni para los jóvenes siquiera) como lo podía ser en los 70, los 80 o incluso los 90: esta es la razón que explica porqué el post-rock de hoy no se considera tan relevante para la historia de la música como lo fue el rock progresivo en los 70. De ser así, Godspeed You! Black Emperor serían hoy considerados los Pink Floyd de nuestra era (lo que convierte a Mogwai en los David Bowie de la actualidad, supongo con cierto vértigo).
Pero ay amigo, la música ya no es más que un ocio como cualquier otro, como ir a patinar, y por eso GY!BE son más bien tirando a desconocidos por el gran público. Y digo el gran público, porque ayer el grand atelier del Lieu Unique (la sala más chula de la ciudad, sin duda, con sus alfombras, tablas recuperadas de madera colorida, sus dimensiones tipo fábrica -porque lo era- etc aunque creo que es solo la segunda vez que entro, tras el concierto de los Young Marble Giants en 2010) había mucha más gente que para ver a los Pains que son, en principio, más populares. De hecho no quedaban entradas y eso que rozaban los 30 eurazos: me cuesta entender que más de un millar de personas acudan a un concierto de los GY!BE en una ciudad de provincias y sólo puedo explicarlo porque se presenta en el marco de un festival (palabra mágica donde las haya y que va camino de vaciarse de contenido a velocidad 'convivial'...) y/o porque Nantes vive una soterrada explosión musical, como vengo diciendo aquí desde hace tiempo. Al parecer su concierto de 2003 en el Olympic ya fue mítico, tanto que puede encontrarse en la red. Ayer tocaron durante dos horas y creo que no cayeron más que cinco canciones...
Desde la recién terminada Seminci me llega, vía Ana y Rubén un precioso disco de la enésima colaboración de Occidente con músicos de Mali, auténtica patria africana del rock y lugar probable de nacimiento del mismo, o al menos de la corriente musical que inspiró a los negros americanos a crear el blues, padre putativo del rock. Esta vez Occidente pone una trompeta de jazz nocturno (sí, hombre, eso que tocaba Miles Davis, así como una suerte de trompeta ronca y solitaria) y el maliense lo de siempre, la voz estupenda y sobretodo la guitarrilla esa tan típica cuyo nombre debería conocer.
Ayer estuve en el evento central del festival de música indie que tenemos en Nantes, el Soy Festival, al que casi nunca voy porque no conozco a los grupos (imagínense: es que es indie en el sentido primigíneo del término) o me tientan poco. Como bien dijo cuando pasó por aquí JD Beauvallet (acaso el crítico francés de rock más importante que ha habido jamás) explicando la mutación de los Inrockputibles en semanario sociológico, la música ya no es tan importante para la gente (ni para los jóvenes siquiera) como lo podía ser en los 70, los 80 o incluso los 90: esta es la razón que explica porqué el post-rock de hoy no se considera tan relevante para la historia de la música como lo fue el rock progresivo en los 70. De ser así, Godspeed You! Black Emperor serían hoy considerados los Pink Floyd de nuestra era (lo que convierte a Mogwai en los David Bowie de la actualidad, supongo con cierto vértigo).
Pero ay amigo, la música ya no es más que un ocio como cualquier otro, como ir a patinar, y por eso GY!BE son más bien tirando a desconocidos por el gran público. Y digo el gran público, porque ayer el grand atelier del Lieu Unique (la sala más chula de la ciudad, sin duda, con sus alfombras, tablas recuperadas de madera colorida, sus dimensiones tipo fábrica -porque lo era- etc aunque creo que es solo la segunda vez que entro, tras el concierto de los Young Marble Giants en 2010) había mucha más gente que para ver a los Pains que son, en principio, más populares. De hecho no quedaban entradas y eso que rozaban los 30 eurazos: me cuesta entender que más de un millar de personas acudan a un concierto de los GY!BE en una ciudad de provincias y sólo puedo explicarlo porque se presenta en el marco de un festival (palabra mágica donde las haya y que va camino de vaciarse de contenido a velocidad 'convivial'...) y/o porque Nantes vive una soterrada explosión musical, como vengo diciendo aquí desde hace tiempo. Al parecer su concierto de 2003 en el Olympic ya fue mítico, tanto que puede encontrarse en la red. Ayer tocaron durante dos horas y creo que no cayeron más que cinco canciones...
31 de octubre de 2012
Tunantes Indie Bundle 2
Como en el primer pack no me habían cabido ni Limbo ni World of Goo, aquí va la segunda parte (esta vez sólo son 10) de la serie de juegos Tunantes-approved, reducidos por servidor para caber en un cómodo archivo de 200 MB. Ya saben, el equivalente videojueguil del rollito indie que tanto nos tira en la música. Algunos reflexionan en torno a las mecánicas, otros en torno a la narrativa y otros no reflexionan. En cualquier caso una buena muestra de lo que está dando de sí la disciplina que sustituirá simbólicamente (durante este siglo) al cine como el arte de nuestro tiempo, valga la vacuidad de la aserción.
Ya saben que mis dos grandes pasiones son el cine y la música, pero va siendo hora de que asuma mi condición de geek+nerd (algo atípico porque, para alguien apasionado por la astronomía o la informática, salgo bastante de casa y no hablo Klingon) pues no deja de ser casi la tercera pata del taburete. Que si sistemas operativos, que si Internet, que si codificación, que si software libre... todo eso siempre me ha tirado, aunque la informática no deja de ser un instrumento (para descargar cine y música, por ejemplo, o para hacer recopilatorios o blogs) o al menos debería. Pero los videojuegos van aparte. Lejanos los tiempos de la Mega Drive, llevo unos años interesado en este tema del videojuego como forma de arte. Pero esta vez no me voy a enrollar: si quieren literatura sobre el tema, pueden empezar por Kill Screen. No será por falta de tesis sesudas sobre la cosa.
29 de octubre de 2012
Deadlines antes del gran anuncio
Fechas aproximadas... TIB2 y TNF ya están listos y no son recopilatorios de música. WWIWS será off. |
24 de octubre de 2012
19 de octubre de 2012
The Pains of Being Pure at Heart VS Nanchester
Ay, los Pains...
Son ese cruce soñado por cualquier indie de pro entre el ruido de My Bloody Valentine y las melodías de Belle & Sebastian, ahí es nada. Neoyorquinos haciéndose pasar por británicos. Principales exponentes del revival shoegaze (por lo tanto adorados por los tunantes), hemos de decir que en esta banda de jovenzuelos fotogénicos sólo cumple con el cliché de mirarse a los zapatos mientras toca el guitarra principal, a todas luces el virtuoso del grupo, el que no se mueve ni salta pero que lleva toda la parte complicada de cada canción. En su día se criticaba la falta de tablas de estos grupos, su timidez, su falta de presencia en el escenario y chorradas por el estilo, pero desde luego ayer se vio que el shoegaze, esto es, no mirar al público, no era una pose guay o de desprecio, sino mera necesidad: por entonces (1988-1992 aprox) estos grupos hacían mucho ruido (literalmente) y ello requería una segunda guitarra (lo habitual en grupos más convencionales es que el cantante no toque) cierta concentración que, cuando no llevas 20 años tocando, solo consigues mirando a tu mástil (dijo el que ha tocado tantas veces...): de ahí que los cantantes shoegazers no miraran demasiado al público y se ganaran aquella fama.
Como toda buena banda indie que se precie, a esta le falta voz, algo que suplen sobradamente con una calidad melódica muy bien contrastada con ese ruido del que hablamos.
Como toda buena banda indie que se precie, a esta le falta voz, algo que suplen sobradamente con una calidad melódica muy bien contrastada con ese ruido del que hablamos.
No tienen disco nuevo bajo el brazo y tocaban en la sala "pequeña" (de acústica temible) por 7/12 €: me da que son menos conocidos en Francia que en España, donde los herederos del shoegaze influyeron de forma duradera en la escena nacional
16 de octubre de 2012
Españoles en el Mundo VS Salvados
Acabo de ver otros 20 minutos del, acaso, mejor programa generalista que existe en la televisión española. No es mucho decir. Jordi Evole es el Michael Moore español. Esto en boca de mucha gente sería un insulto; en mi caso es una alabanza.
Ese estilo relativamente repelente de la televisión actual, estos reportajes "a pie de calle" (que es como se llamaban antes de estar de moda), siguiendo al reportero en primera o segunda persona, mezclándose con los locales y sus costumbres, viviendo la experiencia en lugar de contarla (y Hunter S. Thompson removiéndose en su tumba) es lo que hoy marca cualquier programa de no ficción (y no pocos de ficción).
Por un lado tenemos ese programa de audiencias superlativas, que representa el éxito de los programas tipo "te vamos a mostrar las cosas tal como son de cerca, de verdad, y no como en las guías de viajes": un día en la vida de un limpiador de alcantarillas, un día con los ricos, un día con unos ecuatorianos en Dos Hermanas, un día con un gallego en LA Bretaña Francesa... Amparado por el éxito del lonelyplanetismo, para los adoradores de este formato todo es alternativo, todo es diferente, más real, más auténtico, más huyendo de los tópicos. Ni que decir tiene que, como los tufos de reportajes del "París que no sale en las guías" de El País (que pertenece a un grupo que edita trillones de guías de viajes clásicas y modernas), esto dista mucho de conseguir su objetivo de mostrarnos algo diferente. Mediante una conclusión tan abrupta como beaudrillardesca (o era Bourdieu?), diremos que la naturela del formato, el medio en que se produce y los medios con los que se reproduce, fuerzan a que el objetivo sea crearnos esa sensación de diferencia, sin importar que sea real o no (no suele serlo). A mí lo que me perturba es que su argumento de venta sea precisamente ese realismo pretendido.
Pero volviendo al motivo de esta entrada: SALVADOS es el programa faro de la crisis, lo que lo convierte en el mejor programa de la televisión de los últimos cinco años, por varias razones:
Primero, porque retoma el título del programa más popular de la televisión, Sálvame, ese que aúna en unas horas de infamia toda la mierda del país y que sintetiza como ninguno el estado de las cosas en España: de pronto basta con comprender sociológicamente el fenómeno Jorge Javier Vázquez (si es que sigue siendo el presentador) y sus Valquirias Belén Esteban y cía para darse cuenta de porqué a España le va mucho peor que al resto. Y menos mal que en el extranjero esto apenas se conoce, porque de lo contrario nos pedirían que devolviéramos los fondos FEDER, y eso sí que iba a ser un chiste malo.
Segundo, porque lo presenta el Follonero con un ímpetu didacticista que uno no puede entender cómo algo así pueda pasar en horarios decentes en una cadena nacional. Hombre, es la Sexta, que no es muy grande y además siempre sospechosa de catalanismo trasnochado, pero sigue siendo una audiencia, por lo tanto, de cientos de miles de personas. Mientras nos llevamos las manos a la cabeza porque van cerrando o amenazando a los programas 15Mistas (CQC en su día, hoy El Intermedio, Carne Cruda, etc.), no parece que este levante tantas ampollas y sin embargo:
Tercero, porque haces mucho más explicando el origen de los problemas que montando un pifostio con unas declaraciones antibanqueros. No entraremos en el cansino debate de si es legítimo hacerlo desde la cadena de un millonario porque eh, ya les he dicho que yo defiendo a Michael Moore (y hay que tragar mucho para defender esos métodos) y todas las opciones (cambiar las cosas desde dentro, desde fuera, bajo el mar o desde la Luna, como hacía De Gaulle) me parecen buenas. No obstante:
Cuarto: el efecto de este programa, como siempre, es cercano a nulo, cierto (la paradoja Simpsons de nuevo). Pero, qué narices, tiene un algo. Tiene ese algo que te deja fascinado: ves en pantalla, animado y explicado por gente que lo vive de primera mano (es más interesante cuando entrevista a economistas rojos o a brokers redimidos que cuando lo hace al típico señor de la calle que representa al español medio que sufre, es decir a nosotros -vosotros debería decir), lo que ya has leído tantas veces en sesudos artículos paraeconómicos sobre todo lo que está pasando y de dónde viene todo esto. La sensación al ver el reciente programa sobre las Cajas (me he saltado la parte de alabanzas a Rosa Díez, me lo van a permitir) es la de "ya sabíamos todo esto, pero así explicado no hacía falta leerse tanta cosa para llegar a lo mismo y cualquier lego en temas económicos puede comprender lo que se está diciendo". Esa capacidad de ir a lo esencial, sin dejarse matices importantes ("el problema no es que que haya políticos en las cajas": glorioso) es uno de los puntos fuertes del programa.
Mientras ExM aprovecha las ganas que tiene la gente de creer que otro país es posible, enseñándonos como viven los que son como nosotros (y no esos sucios extranjeros) en otras latitudes (parece que todos han venido por amor a un nativo y se han comprado con él o ella una casa en las afueras o en el campo y cobran el doble o el triple pero echan de menos el sol o los amigos y el jamón o la tortilla, que sea en Noruega, Francia o Japón), 'Salvados' aprovecha el mismo formato para colarnos lo que deberían ser aburridos reportajes de Informe Semanal, sección hojas salmón, en prime time, compitiendo con 'Aída'. Hace unos años era inconcebible que, Javier Martín, reportero default del 'Caiga Quien Caiga', hiciera un reportaje sobre el funcionamiento de las Cajas de Ahorros y su colapso. Todos guardamos un estupendo recuerdo de aquel programa, pero la nostalgia es mala compañera: por entonces, salvo por el brutal nihilismo de un Pablo Carbonell precultural, todo eran convenidas preguntas incómodas al político de turno y hacer que el Rey se pusiera las gafas de sol del programa.
Ese estilo relativamente repelente de la televisión actual, estos reportajes "a pie de calle" (que es como se llamaban antes de estar de moda), siguiendo al reportero en primera o segunda persona, mezclándose con los locales y sus costumbres, viviendo la experiencia en lugar de contarla (y Hunter S. Thompson removiéndose en su tumba) es lo que hoy marca cualquier programa de no ficción (y no pocos de ficción).
Por un lado tenemos ese programa de audiencias superlativas, que representa el éxito de los programas tipo "te vamos a mostrar las cosas tal como son de cerca, de verdad, y no como en las guías de viajes": un día en la vida de un limpiador de alcantarillas, un día con los ricos, un día con unos ecuatorianos en Dos Hermanas, un día con un gallego en LA Bretaña Francesa... Amparado por el éxito del lonelyplanetismo, para los adoradores de este formato todo es alternativo, todo es diferente, más real, más auténtico, más huyendo de los tópicos. Ni que decir tiene que, como los tufos de reportajes del "París que no sale en las guías" de El País (que pertenece a un grupo que edita trillones de guías de viajes clásicas y modernas), esto dista mucho de conseguir su objetivo de mostrarnos algo diferente. Mediante una conclusión tan abrupta como beaudrillardesca (o era Bourdieu?), diremos que la naturela del formato, el medio en que se produce y los medios con los que se reproduce, fuerzan a que el objetivo sea crearnos esa sensación de diferencia, sin importar que sea real o no (no suele serlo). A mí lo que me perturba es que su argumento de venta sea precisamente ese realismo pretendido.
Pero volviendo al motivo de esta entrada: SALVADOS es el programa faro de la crisis, lo que lo convierte en el mejor programa de la televisión de los últimos cinco años, por varias razones:
Primero, porque retoma el título del programa más popular de la televisión, Sálvame, ese que aúna en unas horas de infamia toda la mierda del país y que sintetiza como ninguno el estado de las cosas en España: de pronto basta con comprender sociológicamente el fenómeno Jorge Javier Vázquez (si es que sigue siendo el presentador) y sus Valquirias Belén Esteban y cía para darse cuenta de porqué a España le va mucho peor que al resto. Y menos mal que en el extranjero esto apenas se conoce, porque de lo contrario nos pedirían que devolviéramos los fondos FEDER, y eso sí que iba a ser un chiste malo.
Segundo, porque lo presenta el Follonero con un ímpetu didacticista que uno no puede entender cómo algo así pueda pasar en horarios decentes en una cadena nacional. Hombre, es la Sexta, que no es muy grande y además siempre sospechosa de catalanismo trasnochado, pero sigue siendo una audiencia, por lo tanto, de cientos de miles de personas. Mientras nos llevamos las manos a la cabeza porque van cerrando o amenazando a los programas 15Mistas (CQC en su día, hoy El Intermedio, Carne Cruda, etc.), no parece que este levante tantas ampollas y sin embargo:
Tercero, porque haces mucho más explicando el origen de los problemas que montando un pifostio con unas declaraciones antibanqueros. No entraremos en el cansino debate de si es legítimo hacerlo desde la cadena de un millonario porque eh, ya les he dicho que yo defiendo a Michael Moore (y hay que tragar mucho para defender esos métodos) y todas las opciones (cambiar las cosas desde dentro, desde fuera, bajo el mar o desde la Luna, como hacía De Gaulle) me parecen buenas. No obstante:
Cuarto: el efecto de este programa, como siempre, es cercano a nulo, cierto (la paradoja Simpsons de nuevo). Pero, qué narices, tiene un algo. Tiene ese algo que te deja fascinado: ves en pantalla, animado y explicado por gente que lo vive de primera mano (es más interesante cuando entrevista a economistas rojos o a brokers redimidos que cuando lo hace al típico señor de la calle que representa al español medio que sufre, es decir a nosotros -vosotros debería decir), lo que ya has leído tantas veces en sesudos artículos paraeconómicos sobre todo lo que está pasando y de dónde viene todo esto. La sensación al ver el reciente programa sobre las Cajas (me he saltado la parte de alabanzas a Rosa Díez, me lo van a permitir) es la de "ya sabíamos todo esto, pero así explicado no hacía falta leerse tanta cosa para llegar a lo mismo y cualquier lego en temas económicos puede comprender lo que se está diciendo". Esa capacidad de ir a lo esencial, sin dejarse matices importantes ("el problema no es que que haya políticos en las cajas": glorioso) es uno de los puntos fuertes del programa.
Mientras ExM aprovecha las ganas que tiene la gente de creer que otro país es posible, enseñándonos como viven los que son como nosotros (y no esos sucios extranjeros) en otras latitudes (parece que todos han venido por amor a un nativo y se han comprado con él o ella una casa en las afueras o en el campo y cobran el doble o el triple pero echan de menos el sol o los amigos y el jamón o la tortilla, que sea en Noruega, Francia o Japón), 'Salvados' aprovecha el mismo formato para colarnos lo que deberían ser aburridos reportajes de Informe Semanal, sección hojas salmón, en prime time, compitiendo con 'Aída'. Hace unos años era inconcebible que, Javier Martín, reportero default del 'Caiga Quien Caiga', hiciera un reportaje sobre el funcionamiento de las Cajas de Ahorros y su colapso. Todos guardamos un estupendo recuerdo de aquel programa, pero la nostalgia es mala compañera: por entonces, salvo por el brutal nihilismo de un Pablo Carbonell precultural, todo eran convenidas preguntas incómodas al político de turno y hacer que el Rey se pusiera las gafas de sol del programa.
Probablemente el punto más flojo sea, una vez obviados los defectos del formato (consustanciales a su existencia misma), que llega tarde, demasiado tarde. Y cabe hacerse una pregunta tan fatídica como retórica: habría podido emitirse ANTES de la crisis? Habría el Follonero hecho en 2003 (PP) ó 2005 (PSOE), un programa sobre la economía financiera especulativa, sobre el plan para las Cajas, sobre las megaconstrucciones, sobre los salarios de los poderosos, sobre la dependencia de España de una economía naturalmente volátil como la construcción... cuando todo eso ya estaba ahí entonces y ya llevaba tiempo sobre la mesa? Cuánto tiempo hubo que dar la matraca con aquello de que construíamos más que Reino Unido, Francia y Alemania juntos y que eso era muy mal síntoma de algo que todos los listos del patio negaban categóricamente que pudiera pasar? Porque no existía 'Salvados' entonces? Es Salvados un producto de la crisis? Es 'Salvados' el mensaje que el capitalismo manda a los progres para mantenerlos contentos, en el redil, para que puedan insultar al banquero y no vayan más allá? O cumple 'Salvados' con su loable objetivo de concienciar sobre el origen (y, por lo tanto, solución) de los problemas de la sociedad actual?
10 de octubre de 2012
Chilled Records VS el ascetismo
No está siendo 2012 un año tan brillante como 2011 (y no digamos 2010), así que este año nada de recopilatorios veraniegos de lo mejor de los primeros seis meses ni discos dobles de resumen del año ni EPs ni psicodelias posteriores: en 2012, un best-of claro, sencillo, directo y evidente, que será publicado, junto con nuestra lista de los mejores discos del año, el 31 de diciembre. Sin alarmas. Ni sorpresas.
9 de octubre de 2012
Facebook VS Wikileaks
FB está de actualidad por las polémicas en torno al 25-S y a la publicación de mensajes y noséqué. Si hablamos de FB en Tunantes es únicamente porque tiene mil millones de usuarios. Un billion inglés o un milliard francés. Mil millones.
Esto sucedió en 2010, pero este es el año de las entradas VERSUS en Tunantes así que ahí va:
Esto sucedió en 2010, pero este es el año de las entradas VERSUS en Tunantes así que ahí va:
"What are the differences between Mark Zuckerberg and me? I give private information on corporations to you for free, and I’m a villain. Zuckerberg gives your private information to corporations for money and he’s Man of the Year.”Assange comentando en Saturday Night Live sobre la elección del personaje del año según Time.
3 de octubre de 2012
Let me swing among those stars
La Tierra no gira sobre sí misma, y la Luna no gira en torno a la Tierra, sino que ambas lo hacen en torno al centro de masas de ambas que, dado el tamaño de la Tierra, se encuentra dentro del planeta, bajo la superficie, pero no en el centro ni mucho menos.
Si no fuera por el principio antrópico (bien apuntado en el último episodio de Big Bang Theory -que es una comedia americana convencional, pese a que el nombre parezca aludir a un documental de la BBC), no consideraríamos a la Luna un satélite nuestro sino que hablaríamos de un sistema binario de doble planeta, como hacemos con Plutón y Caronte (aunque estos ya no sean ni planetas) y tantos otros fuera del Sistema Solar.
No es una casualidad cósmica que siempre veamos la misma cara de la Luna, al parecer sucede con muchos otros satélites y se debe a que la Tierra y la Luna se ralentizan la una a la otra (como lo oyen, cosas de la gravedad) hasta que ambas han sincronizado sus respectivos movimientos de rotación y traslación, algo que seguirá sucediendo a medida que la Luna siga huyendo de nosotros (4 cm/año, con la calma) y el día terrestre termine durando, literalmente, miles de horas. Así que si los días se os hacen cada vez más largos no es una impresión: es la Luna, que no entiende de conciliación de horarios laborales.
Más: hay mareas terrestres, es decir, que los países suben y bajan como las mareas (de nuevo, culpa de la Luna y el Sol, que los atraen) aunque demasiado poco como para que lo notemos. Cuando el Sol se vuelva gigante por estar muriendo, al parecer la Luna volverá hacia nosotros pero sin chocar, porque llega un punto en que la cercanía es tal que la gravedad de la Tierra la hace explotar (!) y tendremos bonitos anillos de polvo lunar, como Saturno.
Lo que sí que es una casualidad de la leche es lo de los eclipses (hasta que alguien encuentre algo más convincente que explicar las cosas diciendo "es una casualidad"), porque no me jodan: resulta que la Luna es 400 veces más pequeña que el Sol y está 400 veces más cerca de la Tierra que este, de ahí que de cuando en cuando el disco lunar tape exactamente al disco solar (si fuera más grande no quedaría tan bonito, se lo aseguro, aunque también se haría de noche de repente; y cuando es más pequeño es lo que comúnmente llamamos eclipse anular o eclipse de chichinabo).
Si no fuera por el principio antrópico (bien apuntado en el último episodio de Big Bang Theory -que es una comedia americana convencional, pese a que el nombre parezca aludir a un documental de la BBC), no consideraríamos a la Luna un satélite nuestro sino que hablaríamos de un sistema binario de doble planeta, como hacemos con Plutón y Caronte (aunque estos ya no sean ni planetas) y tantos otros fuera del Sistema Solar.
No es una casualidad cósmica que siempre veamos la misma cara de la Luna, al parecer sucede con muchos otros satélites y se debe a que la Tierra y la Luna se ralentizan la una a la otra (como lo oyen, cosas de la gravedad) hasta que ambas han sincronizado sus respectivos movimientos de rotación y traslación, algo que seguirá sucediendo a medida que la Luna siga huyendo de nosotros (4 cm/año, con la calma) y el día terrestre termine durando, literalmente, miles de horas. Así que si los días se os hacen cada vez más largos no es una impresión: es la Luna, que no entiende de conciliación de horarios laborales.
Más: hay mareas terrestres, es decir, que los países suben y bajan como las mareas (de nuevo, culpa de la Luna y el Sol, que los atraen) aunque demasiado poco como para que lo notemos. Cuando el Sol se vuelva gigante por estar muriendo, al parecer la Luna volverá hacia nosotros pero sin chocar, porque llega un punto en que la cercanía es tal que la gravedad de la Tierra la hace explotar (!) y tendremos bonitos anillos de polvo lunar, como Saturno.
Lo que sí que es una casualidad de la leche es lo de los eclipses (hasta que alguien encuentre algo más convincente que explicar las cosas diciendo "es una casualidad"), porque no me jodan: resulta que la Luna es 400 veces más pequeña que el Sol y está 400 veces más cerca de la Tierra que este, de ahí que de cuando en cuando el disco lunar tape exactamente al disco solar (si fuera más grande no quedaría tan bonito, se lo aseguro, aunque también se haría de noche de repente; y cuando es más pequeño es lo que comúnmente llamamos eclipse anular o eclipse de chichinabo).
24 de septiembre de 2012
18 de septiembre de 2012
16 de septiembre de 2012
12 de septiembre de 2012
7 de septiembre de 2012
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