Siguiendo esa constante necesidad de darle un sentido narrativo a la existencia de las cosas, me atrevo a decir que las características de los tres recopilatorios anunciados tiempo ha les hacen candidatos a ser los últimos que vean la luz.
No es la primera vez que amenzado con cerrar Chilled Records y quizás no sea la última (lo que me convertiría en un Michael Jordan, Lance Armstrong o Michael Schumacher cualquiera, y no me dejen poner ejemplos de rock porque entonces esta entrada no terminaría nunca), pero sí es la primera vez que lo veo con mayor nitidez y que existe la posibilidad real de que todo esto eche el cierre (y cuidadín con que la onda expansiva no afecte a Tunantes), ya que llevo rumiando la idea durante más tiempo que otras veces.
CR ha vivido diversas mutaciones (el cambio de las casetes a los CDs/descargas -pero sigo escuchando las cintas aquí en Nantes, no teman- o la perdida de los dos colaboradores más prolíficos, origen de las primeras dudas sobre la continuidad de la cosa) pero también ha mantenido unas constantes (discos de ciudades, bests-ofs de grupos, resúmenes del año, colecciones y series, monotemáticos sobre canciones...) que daban fe de su solidez (vaya, parece que estuviera buscando inversores: no se preocupen, el servidor lo paga mediafire).
Spiritualized: otro proyecto de largo recorrido... |
Sin embargo, en los últimos años, la mayoría de recopilatorios giran en torno a las novedades del momento y bueno, servir de filtro cuando se posee el excelso gusto melómano que me conocéis siempre está bien (por aquello del servicio social y tal), pero a uno no le motiva demasiado (el introvertido que ha agotado su energía, según esta excelente viñeta). Hasta hace bien poco lo que tiraba del carro eran las ganas de demostrarme que podía terminar el permanentemente aplazo por ambicioso y por lo tanto imperfecto triple recopilatorio (toma pitchforkazo) de grupos de Nantes, ciudad que vive una soterrada explosión musical en la actualidad y que, siendo justos, merecería una segunda parte (es decir, una cuarta) que incluyera todos esos nuevos grupos que adoro y que ni siquiera aparecen en mis discos. Pero Nantes/Naoned me dejó exhausto y sin ganas de seguir con los que se han quedado en la cuneta (Granada, Versalles...).
Como decía, en los últimos años ya no tengo ideas nuevas para recopilatorios, es decir, conceptos de los que partir (para al final poner a los mismos grupos de siempre con la excusa de la agrupación temático/narrativa pero eh, qué quieren) y me estoy limitando a materializar las que llevaban tiempo en el cajón. Además, nunca fui fan de hacer discos sobre ideas no musicales, aunque recientemente hemos albergado dos glorias en la forma de Night (canciones que incluyeran la palabra en su título) y del vacazulesco Quiero ser Santa (con motivo de la visita papal a Madrid) para contradecir lo que acabo de enunciar. Esta falta de ideas de recopilatorio nuevas no quita para que estos años me hayan ido curtiendo: precisamente pienso que la mayoría de mis mejores discos los he sacado recientemente (fácil de decir por la imposibilidad de distanciamiento), y ahí están Our nature is not a trap, CR11, Tú lo nievas o los Lord 2 y 3 para demostrarlo.
Es muy probable que CR tal como lo conocemos desde 1999 desaparezca, porque de lo contrario estamos abocados a reconversión (ahora ya no voy a tener tiempo de echarle tantas horas) y miren, yo lo de hacer listas de Spotify, qué quieren que les diga, como que se lo dejo a los débiles. Otra opción, mucho más noble pero igual de absurda, es la de hacer mixtapes en un triste mp3 sin separar las canciones: hay muchos francamente buenos, y vienen bien para descubrir cosas o para admirar la pericia de tal o cual indie kid pero la verdad, estamos en 2012, en pleno boom del html5, de la computación distribuída y tal, y aquí hay señores que te plantan un mp3 de 90 megas que tienes que ir escudriñando a mano para encontrar la canción que buscas, como cuando aún no había llegado el CD, se acuerdan? Puedo entender que quizás se haga por temas legales o porque quieren obligarte a oirlo en orden y de una sentada, objetivo tan loable como utópico hoy en día (aunque yo comparto esta idea de disco, con principio, final o caras A y B, no toco el bajo de espaldas y entrego los mp3 ya cortados y etiquetados).
Siendo así, el calendario nos arroja un escenario en el que noviembre o diciembre debería ver el final de mi etapa psicodélica con el tantas veces postergado best-of de mis adorados Spiritualized (sin Spacemen 3), a lo que unas semanas después (el 31 de diciembre, acompañado como es costumbre de la ansiada lista de los mejores discos de 2012) debería unirse el clásico resumen de lo mejor del año (para cerrar de una vez mi fastidiosa tendencia de esta década entrante de no utilizar más que canciones recién publicadas. Luego ya habría que esperar hasta, digamos, mayo de 2013, para que el círculo se cierre con el unsingles de R.E.M., disco con las mejores canciones que no fueron sencillos y que espeja con una de las primeras cintas que publiqué en aquel lluvioso septiembre vallisoletano de 1999. Así que ahora que ya lo saben: les quedan aún unos meses para entregarme sus recopilatorios si tienen alguno en mente. A menos que de aquí a entonces decida que, con la mayor literalidad posible, esto es lo que realmente me da de comer, como buen introvertido que soy.