Uno de los mejores descubrimientos con retraso de este último par de años es para mi este grupo de
dream-pop o
shoegaze (lo mismo da: es el
indie tal como se hacía a finales de los 80, pero mejor grabado...), cuyos discos de
2012 y sobre todo
2010 quedaron en uno de esos segundos planos que
Gorilla VS Bear llevan por bandera y que terminan demostrando ser mejores que otras bandas a las que les hemos prestado más atención. Sacan disco este verano, tras su decepcionante largo de 2016.