Como en el primer pack no me habían cabido ni Limbo ni World of Goo, aquí va la segunda parte (esta vez sólo son 10) de la serie de juegos Tunantes-approved, reducidos por servidor para caber en un cómodo archivo de 200 MB. Ya saben, el equivalente videojueguil del rollito indie que tanto nos tira en la música. Algunos reflexionan en torno a las mecánicas, otros en torno a la narrativa y otros no reflexionan. En cualquier caso una buena muestra de lo que está dando de sí la disciplina que sustituirá simbólicamente (durante este siglo) al cine como el arte de nuestro tiempo, valga la vacuidad de la aserción.
Ya saben que mis dos grandes pasiones son el cine y la música, pero va siendo hora de que asuma mi condición de geek+nerd (algo atípico porque, para alguien apasionado por la astronomía o la informática, salgo bastante de casa y no hablo Klingon) pues no deja de ser casi la tercera pata del taburete. Que si sistemas operativos, que si Internet, que si codificación, que si software libre... todo eso siempre me ha tirado, aunque la informática no deja de ser un instrumento (para descargar cine y música, por ejemplo, o para hacer recopilatorios o blogs) o al menos debería. Pero los videojuegos van aparte. Lejanos los tiempos de la Mega Drive, llevo unos años interesado en este tema del videojuego como forma de arte. Pero esta vez no me voy a enrollar: si quieren literatura sobre el tema, pueden empezar por Kill Screen. No será por falta de tesis sesudas sobre la cosa.