19 de junio de 2012

Mi colección de discos VS el ascetismo

3 Las cifras:
En su momento álgido debía tener un millar de CDs (60% grabados, eh?), que reduje a la mitad hace unos años, cuando aún vivía en Valladolid. Algunos recibísteis discos por entonces. También vendí algunos originales al estupendo Charly Blues, la tienda de segunda mano del pasaje del Paseo Zorrilla. Un tipo genial, que evaluaba disco por disco cuánto pagarte, en función de la rareza que fuera y de cuánto tardaría en recolocarlo. Ni que decir tiene que la última vez que pasé todavía encontré discos míos. Pero el tío siempre te pedía perdón por pagarte poco, cuando siempre daba bastante más de lo que uno podría esperar.
Esos 500 discos ya viajaron a Nantes reducidos a CDs de datos (mp3, que ya he regalado también), y el resto han estado en cajas aquí durante años. Hasta que, por fin, en 2011 convierto todos los discos grabados (200) que me quedaban, para deshacerme de ellos (aún siguen aquí, son del primero que se los lleve). Y en 2012, los originales (300).
Ahora que he terminado, hay un centenar del que voy a ser absolutamente incapaz de desprenderme (con los otros 200 aún no sé qué haré, supongo que los daré a quién los quiera) y, de esos, he elegido mi top 28 particular (28 porque son los que caben en el cartoncillo que va a quedarse siempre conmigo), elaborado según criterios estrictamente emocionales. Algunos discos maravillosos no aparecen por la simple razón de que nunca he tenido el original, así que no caben en la lista. Observen cuál es el único grupo que cuela tres discos:

Air: Moon safari (98)
Alpha: Comefromheaven (97)
Archive: Take my head (00)
Belle and Sebastian: If you're feeling sinister (96)
Björk: Homogenic (97)
Blur: The great escape (95)
La Buena Vida: Soidemersol (97)
Family: Un soplo en el corazón (93)
Alberto Iglesias: Los amantes del Círculo Polar (98)
Labradford: Mi media naranja (97)
Le Mans: Saudade (95)
Manta Ray: Pequeñas puertas que se abren y pequeñas puertas que se cierran (98)
Massive Attack: Mezzanine (98)
Oasis: Definitely maybe (94)
Los Planetas: Super 8 (94), Pop (96) y Una semana en el motor de un autobús (98)
Portishead: Dummy (94) y Portishead (97)
Radiohead: OK Computer (97)
DJ Shadow: ...Entroducing (96)
R.E.M.: Automatic for the people (92)
Sigur Ros: Agaetis Byrjun (99) y "( )" (02)
Spiritualized: Ladies & Gentlemen we are floating in space (97)
Vangelis: Blade Runner (82)
Yann Tiersen: Le phare (97)

 
2 Air
En 1998 la gente esperaba de Air que fueran unos Daft Punk 2 pero Moon Safari (98) no era nada de eso (aunque no se pudo evitar que lo clasificaran como french house -sic), y en Francia el disco decepcionó en un primer momento, pero cuando el resto del mundo alucinaba con La femme d'argent, Versalles capituló. No consiguieron recuperar nunca el nivel, pese al muy notable esfuerzo de la banda sonora para Virgin Suicides y sobretodo el posterior 10.000 Hz Legend. El resto de su discografía es mediocre.

1 La Buena Vida, Le Mans, Family y el Donosti Sound
La cosa empieza con Aventuras de Kirlian (después Le Mans) y luego vendrían El Joven Bryan, Daily Planet, Ama, Ibon Errazkin, Single... todo gravitaba en torno a LBV y Le Mans, con Aramburu de Family diseñando las portadas de todos ellos. Qué nos va a pasar de LBV fue elegida mejor canción de la pasada década por los oyentes de Radio 3, pero todos sabemos que los buenos discos de este grupo pertenecen a los 90, ya sea en su etapa naif (93-95) o en su madurez orquestal, fórmula que agotarían en Panorama (99), que contiene por cierto una canción dedicada al Cafetín de Valladolid. Al Donosti Sound lo había matado LBV en 1997 y lo enterró el digno final de Le Mans un año mas tarde. LBV sobrevivieron malamente a la marcha de Irantzu, pero no a la muerte de Pedro San Martín en 2011, artífice de todo el sonido de esta escena. Los discos clave son: 1989 Aventuras de Kirlian, 1993 Family: Un soplo en el corazón (como la curiosa peli de Louis Malle), 1995 Le Mans: Saudade, 1997 La Buena Vida: Soidermersol.

 0 Nota de intenciones:
Estoy terminando de convertir, por fin, mi extensa colección de CDs originales a formato ordenador (me he vendido al AAC, que presenta la mejor relación calidad/tamaño, con un sonido transparente a partir de unos 120 kbps variables -frente a los 1411 de un CD, los 800 de un FLAC sin pérdidas o los 200 de un mp3, para que se hagan una idea del ahorro de tamaño -digo esto por si están pensando en hacer lo mismo en algún momento, aunque si tienen pocos discos y espacio de sobra, no duden en tirar de FLAC, que además es libre).
Lo mejor ha sido el efecto retrospectivo de la operación. Estamos hablando de discos adquiridos entre 1993 (el Automatic de R.E.M.) y 2008 (el Third de Portishead), con un pico evidente entre 1997 y 2004. Esto sitúa perfectamente la época musical de la que va a ser objeto esta entrada. Me ha permitido ordenar discografías y observar la evolución de mis grupos preferidos a toro pasado.
Y los libretos, ay. Algunos sublimes, otros tremendamente viejunos, algunos a los que nunca había prestado realmente atención, como esos cinéfilos que nunca se quedan a los créditos porque creen que es esnob y que no sirve para nada. La de cosas que se descubren, o que se vuelven a recordar (si no me equivoco para Platón eran una sola y misma cosa, pero aquí no), principalmente en lo que concierne a colaboraciones: que si no sé quién produjo el disco de no sé cuál y luego cantó en tal disco de este otro. Y así es como se fija la erudición musical entendida como algo ajeno, precisamente, a la musicología (el puto solfeo). Voy a ir poniendo aquí algunos comentarios redactados al calor de las conversiones de discos y escuchas.