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Este año me pierdo muchas cosas (pero porque decido hacer otras mejores, quede claro), como a Los Planetas en Gijón o las jornadas sobre Val Del Omar en Valladolid. Pero la palma se la lleva Nantes, claro: Isao Takahata, Edgar Morin (sigue vivo!) y William Gibson (in person!). Súmenle a eso los 29 suecos de I'm from Barcelona que vienen precisamente durante la Seminci.
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El otro día comí hormigas culonas colombianas. Una.
1Anillos. El del acelerador de partículas (LHC, 27 km) y la nueva M-30 (Madrid, 32,5 km) han costado lo mismo: 6.000 millones, y no de las antiguas pesetas. Como diría Enjuto, eso no es una multa de la zona azul.
Por cierto, vean en directo lo que pasa dentro del LHC (que ya está funcionando, aunque no a pleno pulmón) mediante la webcam de la derecha.
2Lean
este párrafo, por favor. Aunque sólo sea porque esta vez no lo ha escrito ninguno de los cuatro niños vallisoletanos (de los nueve casos en toda Europa aquel año) con leucemia causada por "alguna máquina del museo de ciencia del colegio", sino alguien a sueldo del Parlamento Europeo. Pueden quedarse aún más tranquilos con
este otro.
3Genius, la nueva funcionalidad de iTunes (el programa que conecta el iPod al ordenador y que sirve para comprar música por internet, esa actividad que nunca funcionaría según el defensor de Apple a quien dedico esta entrada, en una conversación que tuvimos sobre el futuro de las descargas hace muy pocos años -estoy hablando del inefable Jack, para quien se haya perdido), recientemente anunciada por
el Dios de los gafapastas puede revolucionar la informática (y, por lo tanto, la vida, que diría Truffaut -de seguir con ella) para siempre. Y para mal: examina la música que tienes y crea listas de reproducción (los pijos dicen playlist) inteligentes (sugiérase "coherentes").
El caso es que para mejorar el servicio, iTunes "llama a casa" (popular término informático para referirse a los programas que contactan silenciosamente -sin que haya una representación gráfica en tu pantalla- con un servidor de la empresa creadora de los mismos a través de tu conexión a internet, habitualmente con tu beneplácito pero tu desconocimiento por no haber leído esa molesta pantalla que pone "acepto"). Los Inrockuptibles, que son muy moderados en esto de la informática, dicen: "es legítimo, permite mejorar la eficacia del programa". Por suerte luego denuncian que Genius te envía a continuación publicidad dirigida para que compres canciones en iTunes adaptadas a tus gustos. Es decir, el clásico
adware, mejor definido en español como "programa espía" que son los causantes de vuestras ventanitas publicitarias y otras ralentizaciones del ordenador.
El tema interesante aquí es ese programa que nos presentan como tal, con sus funcionalidades y su Steve Jobs de por medio, pero que es un
adware de los de toda la vida. Y para eso existen programas anti-espías, que funcionan de manera similar a un anti-virus.
Lo revolucionario de esta situación es que nunca verán a un
cracker ruso presentando su nuevo virus en una feria de informática en Atlanta. Pero aquí sí. Porque es Apple. Y Apple mola. Y quién no quiere que su reproductor sepa la música que escuchas y te haga descubrir cosas que, por tus gustos, te puedan interesar?
No sé si se entiende por donde voy. La disolución de la frontera entre el producto bueno que compras porque te da una funcionalidad y la del malo que nunca querrías tener. Ahora los dos son el mismo y el bueno no podría ser bueno sin el malo (yin yang 2.0, vaya).
Nos van a convencer de que el malo nos viene bien. Y pagaremos pon tenerlo. Por último, cabe recordar que Windows Media Player (no confundir con mi adorado Media Player Classic, ramificación libre de una versión antigua de aquel) incluye esta funcionalidad desde hace años, aunque puede desactivarse en parte. No así en Apple, porque para eso son los que molan.
La informática avanza tan deprisa que, comparándolo con la historia de la agricultura, ya estamos en la fase de masificación del uso de los pesticidas industriales y su aceptación por las masas como algo tan necesario como inevitable. Ya saben con qué se correspondería la agricultura que no utiliza fertilizantes químicos. La tienen ahí mismo y, contrariamente a lo que sucede con los alimentos, no es más cara: es gratuita, y hay miles de informáticos inspeccionando las entrañas de los programas para asegurarse de que nadie mete cosas como el Genius en el software libre.
Ahora ya pueden presumir (uuuh) de entender la razón técnica de por qué es inútil tener un antivirus en linux. Lo digo para que puedan contra argumentarle a Jack cuando les espete "es que Linux
no tiene virus porque
no lo usa nadie". Y si la contestación que les viene a la cabeza es: "Apple no es libre y sin embargo
no tiene virus" entonces no han entendido el sentido de esta entrada.