Si en la anterior entrada estaba harto del tema, ahora le he dedicado más tiempo del previsto. Entrevistas crudas a Alberto Garzón explican bien lo que ya pensaba acerca del fracaso de la izquierda de presentarse unida a las elecciones, pero también de la alarmante moderación de Podemos (no sé si lo llegué a escribir, pero algunos me habrán oído decir que el aspecto inédito y curioso de este partido es que, contrariamente a lo que es habitual, sus dirigentes eran más radicales que sus bases, algo que ya no es cierto) que no hace sino confirmar nuestras inquietudes al respecto. Hemos pasado de la critica de Podemos a IU a cuenta de la sopa de siglas (para rechazar la confluencia) a la crítica de IU a Podemos por el mercado de fichajes (para criticar las renuncias a sus principios de listas abiertas). El caso es que como el resto son un horror (conservadores, liberales y centro reformista), no dan para mucho más comentario que este:
La única conclusión importante de la elecciones francesas y españolas. |
Pero el motivo de esta entrada no es otro que reconocer que estoy lejos ahora mismo del nivel de otros, e incluso del de uno mismo en otros periodos de analista político, porque todo lo que no sea remarcar las evidencias más importantes y que están siendo ahogadas por la mediatización de lo novedoso (ojo al pleonasmo) me parece ahora mismo banal. Y las evidencias son, que tanto en Francia como en España, la sociedad se está derechizando a pasos agigantados. En este contexto, alegrarse de la caída del bipartidismo, de la renovación o del acceso de quienes están a la izquierda del PSOE a una cuota de poder nunca vista, me parece pornográfico, porque no es ahí donde está ya la noticia. La noticia es que el Partido Popular va a volver a ganar las elecciones. De calle.
A lo que íbamos: Juan ha vuelto a su blog y lo está bordando (no se pierdan tampoco los jugosos enlaces que pone en sus frases). Analiza muy bien el tacticismo de Podemos pero también le escribe una carta emocionante a su amigo Aphex Twin.