Ayer me colaron en el segundo festival de metal más importante del mundo, que se celebra a 20 km de Nantes. Todo el mundo vestido de negro, mucho merchandising (me faltó la foto de los heavies yendo de rebajas) y organización a la francesa (ver un "point eau" en un festival de metal no tiene precio), puestos de comida para aburrir (uno de carne argentina a la brasa), mucho español suelto (hay buses desde toda España), alguna sudadera de Los Suaves, puestos de venta de amplis y zapatillas (de guitarra) con demostraciones bastante espectaculares en directo... enfin, un paraíso terrenal para los frikis del heavy.
Quizás lo más curioso fuera ver en el escenario principal (doble, como se ve en la foto, para que no haya pausas de un concierto a otro) a un grupo de hardcore japonés. Aunque también tiene su punto contemplar lo viejos que han quedado The Cult o Iggy & The Stooges (con todos mis respetos, el I wanna be your dog queda fuera de lugar en un festival durillo) o lo cutre que resulta un Rob Zombie entregado a la causa MTV soltándonos un "are you ready for partying?" como si fuera Hannah Montana. Sin duda lo más llamativo es el contraste del tranquilo, medieval y renacentista pueblo de Clisson (6.000 habitantes) con los 72.000 compañeros del metal (está ya muy cerca de superar al Wacken alemán y convertirse pues en la cuna mundial del satanismo...) que deambulan, como puede verse en la foto, junto al viñedo nantés (Muscadet).