29 de enero de 2010

What would I want? Sky!

Más carteles desmotivadores del café: nótese el homenaje a James Gray

Matrix es la película más importante (en términos absolutos) de los 90. Además de por el shock que produjo en nuestros impresionables intelectos en el momento de su estreno (en 1999 mi generación tenía 19 años), el gran mérito de este "objeto fílmico" (terminología cahierista) es el mismo que el de los grandes autores que se citan en cualquier disciplina: el aglutinar, servir de compendio de todas las ideas anteriores, que andaban demasiado dispersas. Eso sí, se evita el síndrome del enciclopedismo gracias a una narración de lo más clásica: el advenimiento del mesías.
Y digo compendio porque el estupendo análisis beaudrillardiano al que han sometido la película los de la nueva asociación de cine y filosofía (otra! y con esto en Nantes ya hay más asociaciones que personas) me ha hecho recordar (es que a ratos me distraía porque uno tiene una edad y algunas ideas de la conferencia ya las había leído/oído aquí y allá) este elemento recopilatorio que eleva a esta película bastante más alto de a lo que muchos creen que apunta. un botón de muestra que no suele mencionarse: me vino por ejemplo la referencia al nacimiento-encendido de la Nostromo en Alien (1979), con sus pantallas imprimiendo su reflejo en los cascos vacíos de los astronautas; esto se proyecta en Matrix en el nacimiento-diálogo de la pantalla del ordenador que se refleja en la cara de Keanu Reeves (que no es consciente de que está empezando su propio parto como Neo).
Enfin que la película es muy detallista. Le lastra el exceso de escenas de acción completamente huecas, pero me abrumó escuchar hasta donde llega el frikismo referencial hacia Baudrillard: la chimenea, el espejo y el reloj en la escena de las píldoras, que no son sino la comunidad, el reflejo/consciencia de sí y el paso del tiempo que quedan arrasados por la aparición de la televisión pues esta sustituye a los tres en el salón del desierto de lo real.
Vamos que en apenas 40 intensos minutos de intervención he recordado el porqué estoy orgulloso de haber estudiado esta carrera. Quizás muchas de las ideas más interesantes no las he visto en clase, por pereza mía o desidia de los profes o del plan de estudios, pero al final algo queda: al menos ciertas herramientas y sobretodo la curiosidad de mantener el contacto con todo esto, aunque sea como espectador.
Por cierto el pase venía poco anunciado y con un cartel no demasiado atractivo: "ciné-philo". Pues aún así fuimos más los que nos quedamos fuera durante la proyección que dentro (nota para los aborígenes: la cola llegaba hasta el bar con el mejor nombre de Nantes: "El perro estúpido") y eso que coincidía con la cada-vez-más-molona fiesta de fin de exámenes. El colectivo filosófico de Nantes sigue sorprendiéndome: están como cabras, pero tienen muchos seguidores.
Luego queda volver a la cruda realidad de la vida intelectual universitaria en la que la altura de los debates (básicamente los revisionistas cool frente a los revisionistas uncool) no puede medirse ni en milímetros.
Foto poco habitual de la ISS de día y con tierra debajo: qué vertigo!

1 comentario:

  1. Vetusta2.2.10

    /\/\47r1><!!!!!!!!!!!!!!

    A trabajar a la ESA, esa; a Holanda era ¿no?

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