Tras el fútbol y los Beatles, las leyes de consensualidad me obligarían a hablar de la pizza o de Friends y sin embargo hoy Tunantes se pone en modo geek. Ya sé que un blog sin temática definida no tiene razón de ser porque entonces a nadie le interesa nunca todo o, peor, a casi todo el mundo no le interesa casi nada de lo que hay, pero es que no soy lo suficientemente chulo como para llevar un blog de informática, otro de música, otro de cine, otro de Nantes, otro de Chilled Records, otro de política... enfín espero que me comprendan.
Así que era eso. Desde que los ex-comeflores de Google cambiaran su lema empresarial de "Don´t be evil" a "Searches, Advertising and Applications", las cosas no son lo que eran. Resulta extraño que saquen un navegador libre y gratuito (Chrome) que rivaliza con Firefox (y no con Internet Explorer, que se mueve en otra liga al venir instalado en TODOS los ordenadores, que tiene narices que con esta circunstancia se deje arañar un 30% de cuota de mercado, y subiendo) cuando Google ha sido uno de los principales valedores técnicos (código, vaya) y publicitarios de Firefox. Desde el principio querían tener una plataforma desde la que forzar a la gente a migrar a los numerosos servicios de Google (a punto de abarcar ya toda la actividad humana, y os lo dice un usuario voluntario de Gmail, Maps, Blogspot, YouTube y pasivo de Picasa, Sites, Video...) y engordar la facturación publicitaria que va asociada. Y esa plataforma es todo un sistema operativo, Chrome OS (que es básicamente Chrome con soporte de drivers añadido).
Pero hete aquí que el giro copernicano que la informática dio en 1995 con la integración del Internet Explorer en el explorador de archivos de Windows (algo así como fusionar un bolígrafo con una cuchara), razón de la muerte del Netscape Navigator y piedra angular del discurso googliano contra el abuso de posición dominante, se convierte 15 años después en la condición sinequanon de la existencia de Chrome. No contentos con copiar los peores defectos de Microsoft, Google está imitando a Apple en su nefasta política de "mi sistema, en mis ordenadores", llegando a restrictivos acuerdos de distribución con fabricantes de netbooks. Ese parece el futuro de la informática: PCs tontos y todo por internet (vamos, lo que hoy es, desde el punto de vista informático, un iPhone). Es decir, externalizar nuestras herramientas y documentos. Todo con tal de desposeernos del control sobre el software (qué paradoja por parte de la compañía open source por excelencia), que es lo único que permite abrir nuevos sectores de negocio. Para alguien que utiliza su ordenador un 95% del tiempo offline, esto es preocupante.
Así que era eso. Desde que los ex-comeflores de Google cambiaran su lema empresarial de "Don´t be evil" a "Searches, Advertising and Applications", las cosas no son lo que eran. Resulta extraño que saquen un navegador libre y gratuito (Chrome) que rivaliza con Firefox (y no con Internet Explorer, que se mueve en otra liga al venir instalado en TODOS los ordenadores, que tiene narices que con esta circunstancia se deje arañar un 30% de cuota de mercado, y subiendo) cuando Google ha sido uno de los principales valedores técnicos (código, vaya) y publicitarios de Firefox. Desde el principio querían tener una plataforma desde la que forzar a la gente a migrar a los numerosos servicios de Google (a punto de abarcar ya toda la actividad humana, y os lo dice un usuario voluntario de Gmail, Maps, Blogspot, YouTube y pasivo de Picasa, Sites, Video...) y engordar la facturación publicitaria que va asociada. Y esa plataforma es todo un sistema operativo, Chrome OS (que es básicamente Chrome con soporte de drivers añadido).
Pero hete aquí que el giro copernicano que la informática dio en 1995 con la integración del Internet Explorer en el explorador de archivos de Windows (algo así como fusionar un bolígrafo con una cuchara), razón de la muerte del Netscape Navigator y piedra angular del discurso googliano contra el abuso de posición dominante, se convierte 15 años después en la condición sinequanon de la existencia de Chrome. No contentos con copiar los peores defectos de Microsoft, Google está imitando a Apple en su nefasta política de "mi sistema, en mis ordenadores", llegando a restrictivos acuerdos de distribución con fabricantes de netbooks. Ese parece el futuro de la informática: PCs tontos y todo por internet (vamos, lo que hoy es, desde el punto de vista informático, un iPhone). Es decir, externalizar nuestras herramientas y documentos. Todo con tal de desposeernos del control sobre el software (qué paradoja por parte de la compañía open source por excelencia), que es lo único que permite abrir nuevos sectores de negocio. Para alguien que utiliza su ordenador un 95% del tiempo offline, esto es preocupante.
eso de friends, de friends!!
ResponderEliminaranda! han matado al hombre cuadrado!
una capa de mermelada, otra de nata, una de bizcocho que he hecho yo misma, ternera salteada con guisantes y pimienta, otra capa de mermelada
sabe a piesssss!
se blanco!
la raya es un puntito para ti