1 de abril de 2008

fat car


Ya no os doy más la paliza con Wurm, prometido. No era Horckheimer, aunque bien visto. Creo recordar que era Barthes.

2 comentarios:

  1. No jodas. (che).
    No me jodas que han adivinado lo del filósofo. No me lo creo. Tongo. Y si es así, exijo una explicación, por dios. Para empezar, quién de los tres es quién. Y para seguir, y principalmente, por qué. Sobre todo respecto al Barthes este, que no sé ni quién es. Vergüenza debería, ya sé ya sé, pero es que últimamente me la he dejado no sé dónde.
    Y ole, qué bien escribís todos Horckheimer. Yo lo acabo de copiar, conste.
    Hale, voy a hacer un intento: Wittgenstein es el de los rombos, porque mírale qué tranquilo está, después de escribir el Tractatus se quedó más ancho que largo -aunque por esas debería ser el gordo, más bien, el oblongo-. Pero el de los rombos es el más guapo, y yo veo muy a bien así a Wittgenstein. Adorno es el que está a punto de trascender su cuerpo y flotar en el aire, alcalzando lo sublime fijo, y el otro no tiene más remedio que ser Barthes, espero que alguien me explique por qué...
    f i l o s o f a r
    y o f i l o s o f o
    t ú f i l o s o f a s
    é l l a l l o f i l o s o f a
    n o s o t r o s f i l o s o f a m o s
    v o s o t r o s f i l o s o f á i s
    e l l o s f i l o s o f a n

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  2. Sí, compartid un poco vuestro humor filosófico (si es que dicha cosa existe) y sofisticado con los pobres mortales y explicadnos por qué cada figurita es quien.
    De lo contrario parecerá que habéis dicho los nombres a boleo y no me sentiré tan mal...
    María.

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