20 de enero de 2014

Lo (mejor) de 2013: el disco

Con todos ustedes: M83
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Gijón, Nantes, Glasgow, el sonido "Drive", el post-rock, el shoegaze, el indie español... como ven pese a las novedades también nos gusta seguir lo que para nosotros ya es "lo de siempre". Ya saben que para mí el disco del año en España es el de Balago, pero la prensa musical ha reconocido más a Triángulo de Amor Bizarro, que por fin han hecho un disco menos feísta que los anteriores, aunque a cambio esta vez no tenemos un Fantasma de la Transición o un De la Monarquía a la Criptocracia.

Este año ni portada seria (me he limitado a poner la galaxia más musical del universo conocido, que por fin se ha dado un garbeo por APOD) ni respeto de las normas de Chilled Records (no cabe en un CD: sacrilegio! aunque sí en una TDK de 120) ni largas sesiones para seleccionar y ordenar. Este disco está fuera de todo catálogo oficial (hasta viene con bonus tracks! Sí: habría dado todo para el típico doble disco anual...), es un off en toda regla, lo cual es paradójico dado que el disco resumen de cada año suele ser el más descargado de cada temporada (con la honrosa excepción del recopilatorio sobre Flechazos, absoluto superventas tunantes y realizado por Vetusta, a cuya insistencia han de agradecer que finalmente haya hecho un esbozo de disco aunque no estuviera previsto). Pero al menos tienen un buen disco resumen de 2013 donde faltan entre otros la protagonista actual de la bitácora musical. Y sí, siguen pendientes los discos sobre Spiritualized y R.E.M., que estarán listos esta década, seguro. Y que serán los últimos como dije, casi seguro.

10 de enero de 2014

La semana más rara en lo que llevamos de año...

- el cierre del cine más antiguo de Castilla y León, el de la República, el único que quedaba en el centro (sic), que si Casino (en pleno boom del juego online, esto tiene tanto futuro como Eurovegas o lo que iban a hacer en Monegros), que si la Seminci al Carrión (toma anuncio irreal del Ayuntamiento para aplacar los encendidos ánimos cinéfilos), que si fachada a conservar porque Art Déco, etc.

Para más inri, el día mismo del cierre (antesdeayer) mi festival presenta en Nantes el estreno nacional (francés) de la última producción de su dueño (La brujas de nosédónde), el inefable Enrique Cerezo P.C.. Es el presidente del equipo líder de la liga (algún día le pillarán los chanchullos entre sociedades, como a su antecesor en el cargo, Gil, porque del Madrid y Barça sabemos de donde sale la pasta -recalificaciones, ACS, Qatar, la tele, impagos al Estado... pero las millonadas que se gasta este equipo dan qué pensar, ya que en teoría tiene muchos menos ingresos), pero también es el Michael Jackson del cine porque ha comprado media historia del cine español para hacer caja cada vez que cualquiera quiera programar cine español en algún lugar del planeta (ya saben que Jacko compró las canciones de los Beatles cuando su "amigo" Paul McCartney le avisó de que el futuro del negocio de la música residía en los royalties).

Peor aún, en una maniobra publicitaria de libro (de guión, en este caso), el estadio del equipo que preside el productor de la película aparece citado de forma totalmente gratuita en la película.

- Con todo, Alternativa Universitaria está ahora mismo en la portada de El País (y es la noticia más leída) con un articulazo bien merecido: este periódico es una chusma salvo cuando nos sacan, ya se sabe, y además es el que consulto a diario, porque al final es importante saber qué están leyendo los que se creen tus semejantes. Además salen por haber hecho otra vez una réplica a ese anuncio (que sale el nuevo CISSE!) de embutidos embutido (perdón) en buenos sentimientos que ha vuelto a perpetrar Iciar Bollaín. Fiambres que por cierto ahora pertenecen a los chinos y a los mexicanos, pero eso sí, vendemos salchichas porque hay que estar orgulloso de ser español.

En una España más justa y civilizada, las campañas de Campofrío provocarían la misma indignación global que las de Axe, independientemente de que a ambas les hayan funcionado muy bien tanto los anuncios como las polémicas y denuncias posteriores. Uno te dice que si compras su desodorante la mujeres caerán a tus pies no rendidas, sino sometidas, mientras que el otro te dice que España va fatal pero sabemos vivir mejor que los demás alegrándonos con lo importante, y comprando choped.

7 de enero de 2014

Five hundred miles y adiós al Roxy

Se imaginan a Boyero en plena época de entronización cahierista de Hitchcock?

Saldría de cada nuevo estreno del pobre Alfred diciendo lo mismo que dice de las películas de los Coen o de todo aquello que no tenga el ritmo desquiciado de una serie americana: que a ratos se ha aburrido. A eso ha quedado reducido el personaje que se ha construido Carlos Boyero: un intelectual de toda la vida, extremadamente culto, que va de anti-intelectual, honesto, sincero, de vuelta de todo, ya saben, que dice las verdades como puños y no se casa con nadie, como Jesús Gil.

Y ya ven hoy: el bueno de Hitch es, por absoluto consenso, uno de los mejores directores de la historia del cine.

Lo mismo va a pasar con los Coen cuando se retiren o mueran. Salvo el -digno- remake de Ladykillers, los Coen no tienen una mala película, e incluso de las más flojas se saca oro por todas partes.

A veces necesitamos desengrasar un poco de tanto cine vanguardista, rompedor en las formas, cahierista, etc etc y nos apetece ver muy buen cine clásico. Es la razón por la que la gente decide absurdamente ir a ver cada nuevo truño de Scorsese o Spielberg, cuando deberían ir a ver cada joya nueva de los Coen, que representa el cine clásico americano de ahora y no las patrañas conservadoras que ya se hacían en los 70.

Mañana cierra el cine de la República en Valladolid, tras casi 80 años. No tengo especiales recuerdos del mismo de pequeño, pues no distinguía entre el Carrión, el Roxy y otros tantos cuando iba a ver Batman. Pero luego me comí la primera retrospectiva completa de Kitano que se hizo en el mundo, en la sala B, la de la cúpula, en aquella Seminci de 1998, y ya la cosa cambió. En algún momento creo que conocía a todos sus trabajadores y, aunque también formé brevemente parte de la extensa nómina de asalariados del presidente (o dueño, no sé) del Atlético de Madrid, lo mío tuvo lugar en un lugar con mucho menos encanto y 0% de Art Déco.