26 de septiembre de 2008

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Una cierta tendencia de la prensa...

Le Monde quiere vender Cahiers du Cinéma (por falta de rentabilidad) y estos se han organizado para comprarse a sí mismos (los rojos lo llamamos autogestión pero, como aquí intervienen inversores exteriores, chirría bastante el concepto). Mientras tanto, los Inrockuptibles, ese semanal que parecía pequeñito y destinado a veintitreintañeros alternativillos (¡a mí!) ha lanzado lo que los especialistas en bolsa llamarían una OPA hostil para comprar los Cahiers, a lo que la redacción en pleno acaba de responder defendiendo su proyecto. Y sus puestos de trabajo. Aires de refundación en una revista que lo necesita desde que eligieron a la primera edición de Gran Hermano como la película del año.

[esto data de días atrás] Debajo de los pirineos también parecen cocerse habas: el mejor amigo de Felipe González quiere entrar en los medios de comunicación españoles por la puerta grande: se supone que quiere comprar Digital + (el otro comprador sería Vivendi) pero, por el dinero que ofrece, puede que El País vaya en el paquete. A mí esta noticia me parece una inocentada, pero el hecho de que algunas fuentes indiquen que se va a "abrillantar" el periódico (ahorro de costes en forma de reducción de plantilla de 900 a 700) para poder venderlo más caro, es para preocuparse. O no tanto, visto en lo que se ha convertido.

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joseantonio, que por algo es investigador, me descubre libros maravillosos de la biblioteca de la facultad, editados, por cierto, por la Junta de aquella nuestra comunidad, de los que no he podido evitar sonreir ante esto:
"Hay en esa ciudad [Valladolid] una universidad y un gran número de estudiantes muy pobre, y muy de temer, sobre todo después de las nueve de la noche."
Esteban de Silhouette, 1729.
y esto otro del mismo viajero:
"Los que conocen el carácter de los españoles y saben cuán fácil es llevarles a donde se quiere cuando se les propone como objeto el honor de la nación [...]"

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evidencia 1: Mientras no se vio rentabilidad económica en los servicios prestados por el Estado, nadie reclamó su liberalización. Es decir, que la gestión estatal empieza a ser "ineficiente" cuando el sector privado decide que puede hacer beneficio en ese sector de actividad.

evidencia 2: Mientras Naciones Unidas tenga menos poder que alguno de sus miembros su legitimidad será nula a ojos de quienes tengan menos poder que esta. No digamos ya a ojos de quienes tienen más.

evidencia 3: [En respuesta a quienes defienden que nos autodenominemos "alterglobalización" en lugar del "antiglobalización" de toda la vida] La racionalidad científica suprime las identidades locales y, en consecuencia, los factores de integración social. Esa es la herencia de la globalización. No queremos "otra" globalización. Simplemente no querríamos que sucediera (...bueno, al menos yo).

ejemplo de 3: Los vinos riojanos, como buena parte de los girondinos, se han "parkerizado". Este término se utiliza en viticultura como sinónimo de globalizado, o más bien de uniformizado. No queremos "otra" globalización que permita que los viticultores hagan el mismo vino venga de donde venga, eso sí, con salarios dignos y situación laboral estable como buenos progresistas. Lo que queremos es que los viticultores cobren dignamente y sigan haciendo el vino propio de las condiciones físicas (suelo, clima, etc.) de su lugar de origen. Los "terroiristes" -de terruño- (según Parker) frente a los "funcionarios del gusto" (Nossiter). Mondovino y The World son las dos películas más didácticas que se han hecho sobre la globalización hasta la fecha. Recomienden otras o rebatan en los comentarios.

23 de septiembre de 2008


La semana pasada vino cargada de actividades desagradables. Los primeros días fueron para la rentrée du cinema (la vuelta al cole del cine, wtf?), que por algo estaban los cines a 3'50. Y luego vino Scopitone (que no es un señor sino un festival), donde pude ir a varios conciertos gratuitos (¡porque los de pago estaban llenos!).
El primero fue el de Robin Guthrie y, hoy en día, es lo más cerca que puede estar nadie en el mundo de los difuntos Cocteau Twins, probablemente el mejor grupo de toda la década de los ochenta, por encima de Cure o REM. Este hecho me impresionó sobremanera. Además es el típico ex-estrella-del-rock-que-ademas-ha-salido-de-las-drogas. Y la cosa fue bastante cálida y cercana, más que nada porque se podía hablar con él como si fuera el ingeniero de sonido. ¡Y es el alma de Cocteau Twins, no lo olviden!
Pero es que además es amigo de Harold Budd, el Dios del ambient (con permiso de Brian Eno), con quien ha hecho la banda sonora de la película que más me emocionó el curso pasado, cuyo director es fan de ambos y ha tenido el buen gusto de incluir, en la peli, la mejor canción de Cocteau Twins y también la mejor de Sigur Ròs.
Al día siguiente fui al concierto de los nanteses French Cowboy, que como ya dije son los ex Little Rabbits, grupo de cierta notoriedad allá por 1999 (salían en la rockdelux! uuh!). Bueno, pues ahora hacen eso que llaman americana, que es como indie-country (pero la etiqueta sonaba tan mal que tuvieron que cambiarla) y es lo que hacía REM en sus primeros años en Warner (out of time, automatic, hi-fi) o, en otros parámetros, Wilco o Lambchop, y acaso los pucelanos Arizona Baby. Les dio tiempo a hacer una estupenda versión de la Winehouse y todo.
El viernes fui al concierto de los locales Gong Gong (que también irán al recopilatorio, no se me inquieten), pero porque eran los teloneros del gurú Etienne De Crécy; sí: se puede tener nombre aristocrático y ser DJ. La presentación era espectacular y la música machacona, lógicamente. Y el lugar (la interminable nave de uno de los antiguos astilleros, hoy refugio del elefante y otrás máquinas royaldeluxianas) no hacía más que aumentar la sensación de estar en una rave organizada por el ayuntamiento.
El sábado era el día del orgullo bretón, más o menos. Así que tocó ir al fest-noz urbano que montaron estos alegres aborígenes, donde un incombustible grupo de mujeres cantoras alegró la velada con la voz como único instrumento. Y claro, los bailes regionales, que son como las jotas (y como el folclore de medio planeta), pero todos dados de la mano.
El domingo se celebró la 118 (sí...) regata de Trentemoult, lo que da pie a montar una entrañable fiestecilla en la que participó una batucada algo pijilla (por sus uniformes y en comparación con la que todos conocéis: the one and only real batucada de AU) paseándose por la orilla de una de las zonas más bonitas de la ciudad. Eso sí, el comentarista no consiguió meterle nervio a la competición de vela: de donde no hay no se puede sacar. También había que hacer acto de presencia en algún ídem de las jornadas del patrimonio, como por ejemplo unos talleres de talla (cuanta elle) de piedra. Esta foto en España no es posible. [la foto vendrá, junto con otras, a ilustrar todo esto] Porque no hay niños. Habría que debatir si no hay niños porque no hay este tipo de cosas (y guarderías, y horarios dignos...) o no hay este tipo de cosas porque no hay niños. Claro que ahora con tanta inmigración este problema también parece solucionarse.
Por cierto eso del fin de semana del patrimonio es algo a explorar, porque de camino a casa me crucé con este tranvía, invadiendo las vías del actual.

18 de septiembre de 2008


EL CINE DE LOS MUSEOS


La última película (corta) de quien ha sido absurdamente encumbrado por consenso internacional como el mejor director del mundo (Jia Zhang-Ké), es una coproducción española que estaba presente en la sección oficial del tercer festival más importante del mundo. Carlos Boyero, ex-crítico de cine de El Mundo, hoy en El País, fue enviado (supondremos que a gastos pagados en lujo o semi-lujo a mayores del sueldo, que también presupondremos alto) a cubrir el evento. Como el cine "de chinos" no le gusta, no habló de la película. Ni siquiera mal. Supondremos que no la vio.
A uno le puede molestar que este señor no hable bien de Kiarostami, se salga de sus películas porque le parecen un coñazo (vaya convenio colectivo deben de tener los críticos de cine para dejar el puesto cuando se aburren), y luego lo publique porque no sabe qué poner sobre las películas que ve. Pero al fin y al cabo es una iraní. Todos sabemos que las películas iraníes son un coñazo sin historia.
Sin embargo, en un país que aprovecha la más irrelevante ocasión de potenciar el sentimiento nacional para elevar a categoría de Odisea todo pequeño gesto (que no gesta) del más triste de los grises atletas sólo porque viene de Villaviciosa, no se aprovecha el escaparate mediático e intelectual que proporciona la Mostra de Venecia para tirar de orgullo español, y eso que esta película es igual de poco española que las últimas de Woody Allen o Ken Loach, pero ahí bien que sacamos pecho. ¿Por qué?

Boyero como síntoma

Porque todo el mundo sabe desde hace meses, sino años, quién portagoniza Vicky Cristina Barcelona, dónde se ha rodado, etc. pero nadie (vale: pocos) sabe lo que acabo de escribir sobre la peli "de chinos". ¿Por qué? Porque a Boyero no le gusta el cine oriental. Y le encargan a Boyero que cubra el único pase en sala de cine que tendrá la película, porque la ha pagado el CCCB y va destinada directamente a los museos, sobretodo después de que Boyero no se dignara ni a verla. Ahí es dónde ya han estrenado algunas de sus últimas producciones Kiarostami (five), Erice o Guerín, firmantes estos dos últimos del manifiesto que ha montado en armas a todos los defensores del cine-espectáculo contra los "liliputienses" (Oti Marchante, aunque ya se ha retractado) del cine-arte.
El problema en todo esto es que los liliputienses aspirábamos a que el público del cine-espectáculo pudiera acceder (y luego decidiera por sí mismo) al cine-arte, merced a una distribución digna de este último. Sin embargo lo que está sucediendo es lo contrario: este tipo de cine sólo encuentra refugio en los museos, lugar donde muere toda disciplina artística.
Acabo de enterarme de refilón (devorando compulsivamente las noticias sobre el "affaire" Boyero), que Paranoid Park, una de las mejores películas americanas de los últimos años, aún no se ha estrenado en España (esperemos que lo haga, pero no lo den por seguro). Y la culpa la tienen en parte los Boyero, etc. que son los kissfm de la crítica cinematográfica. Y ojo, que no estoy hablando de una iraní o de una oriental preciosista: ¡Que estoy hablando de los pitiyanquis!
Cine que no pide nadie, como decía el malogrado Ángel Fernández-Santos, hoy sustituido por Boyero. Como cambian los tiempos. A peor.
Menos mal que apareció Merkur para que pudiéramos puentear a estos agentes de la censura económica:
Yo no sé, leer a este señor pidiéndole explícitamente a las distribuidoras que por favor no estrenen estas películas produce un desasosiego de aupa, cuando uno ve cómo están las cosas en España. Ya sé que con esto de la posmodernidad lo cool resulta que es defender el cine de palomitas, pero francamente, tener que aguantar estos extremos por parte de una panda (ejército, me temo) de frustrados que se han pasado la vida defendiendo (o asintiendo ante) un cine que no disfrutaban y salen ahora de sus armarios porque se han dado cuenta de que otros, como ellos, también se aburrían con Wong Kar-Wai, no sé, enfin. Lo mínimo que pido es que no piensen que los demás somos como ellos. Nosotros no nos lo teníamos que creer. Lo sentíamos, ayer y hoy.

12 de septiembre de 2008

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Este año me pierdo muchas cosas (pero porque decido hacer otras mejores, quede claro), como a Los Planetas en Gijón o las jornadas sobre Val Del Omar en Valladolid. Pero la palma se la lleva Nantes, claro: Isao Takahata, Edgar Morin (sigue vivo!) y William Gibson (in person!). Súmenle a eso los 29 suecos de I'm from Barcelona que vienen precisamente durante la Seminci.

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El otro día comí hormigas culonas colombianas. Una.

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Anillos. El del acelerador de partículas (LHC, 27 km) y la nueva M-30 (Madrid, 32,5 km) han costado lo mismo: 6.000 millones, y no de las antiguas pesetas. Como diría Enjuto, eso no es una multa de la zona azul.
Por cierto, vean en directo lo que pasa dentro del LHC (que ya está funcionando, aunque no a pleno pulmón) mediante la webcam de la derecha.

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Lean este párrafo, por favor. Aunque sólo sea porque esta vez no lo ha escrito ninguno de los cuatro niños vallisoletanos (de los nueve casos en toda Europa aquel año) con leucemia causada por "alguna máquina del museo de ciencia del colegio", sino alguien a sueldo del Parlamento Europeo. Pueden quedarse aún más tranquilos con este otro.

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Genius, la nueva funcionalidad de iTunes (el programa que conecta el iPod al ordenador y que sirve para comprar música por internet, esa actividad que nunca funcionaría según el defensor de Apple a quien dedico esta entrada, en una conversación que tuvimos sobre el futuro de las descargas hace muy pocos años -estoy hablando del inefable Jack, para quien se haya perdido), recientemente anunciada por el Dios de los gafapastas puede revolucionar la informática (y, por lo tanto, la vida, que diría Truffaut -de seguir con ella) para siempre. Y para mal: examina la música que tienes y crea listas de reproducción (los pijos dicen playlist) inteligentes (sugiérase "coherentes").

El caso es que para mejorar el servicio, iTunes "llama a casa" (popular término informático para referirse a los programas que contactan silenciosamente -sin que haya una representación gráfica en tu pantalla- con un servidor de la empresa creadora de los mismos a través de tu conexión a internet, habitualmente con tu beneplácito pero tu desconocimiento por no haber leído esa molesta pantalla que pone "acepto"). Los Inrockuptibles, que son muy moderados en esto de la informática, dicen: "es legítimo, permite mejorar la eficacia del programa". Por suerte luego denuncian que Genius te envía a continuación publicidad dirigida para que compres canciones en iTunes adaptadas a tus gustos. Es decir, el clásico adware, mejor definido en español como "programa espía" que son los causantes de vuestras ventanitas publicitarias y otras ralentizaciones del ordenador.

El tema interesante aquí es ese programa que nos presentan como tal, con sus funcionalidades y su Steve Jobs de por medio, pero que es un adware de los de toda la vida. Y para eso existen programas anti-espías, que funcionan de manera similar a un anti-virus.

Lo revolucionario de esta situación es que nunca verán a un cracker ruso presentando su nuevo virus en una feria de informática en Atlanta. Pero aquí sí. Porque es Apple. Y Apple mola. Y quién no quiere que su reproductor sepa la música que escuchas y te haga descubrir cosas que, por tus gustos, te puedan interesar?

No sé si se entiende por donde voy. La disolución de la frontera entre el producto bueno que compras porque te da una funcionalidad y la del malo que nunca querrías tener. Ahora los dos son el mismo y el bueno no podría ser bueno sin el malo (yin yang 2.0, vaya).
Nos van a convencer de que el malo nos viene bien. Y pagaremos pon tenerlo. Por último, cabe recordar que Windows Media Player (no confundir con mi adorado Media Player Classic, ramificación libre de una versión antigua de aquel) incluye esta funcionalidad desde hace años, aunque puede desactivarse en parte. No así en Apple, porque para eso son los que molan.

La informática avanza tan deprisa que, comparándolo con la historia de la agricultura, ya estamos en la fase de masificación del uso de los pesticidas industriales y su aceptación por las masas como algo tan necesario como inevitable. Ya saben con qué se correspondería la agricultura que no utiliza fertilizantes químicos. La tienen ahí mismo y, contrariamente a lo que sucede con los alimentos, no es más cara: es gratuita, y hay miles de informáticos inspeccionando las entrañas de los programas para asegurarse de que nadie mete cosas como el Genius en el software libre.

Ahora ya pueden presumir (uuuh) de entender la razón técnica de por qué es inútil tener un antivirus en linux. Lo digo para que puedan contra argumentarle a Jack cuando les espete "es que Linux no tiene virus porque no lo usa nadie". Y si la contestación que les viene a la cabeza es: "Apple no es libre y sin embargo no tiene virus" entonces no han entendido el sentido de esta entrada.

9 de septiembre de 2008

Volvemos con las adivinanzas (respuesta abajo) parisinas:
...rememorando mis fotos de 1997
la nueva pasarela de Simoneta de Buenver.

Ya estoy en Nantes. Mañana empiezo las presentaciones de curso, y luego las reuniones. Esta vez opté por el avión, rompiendo con mis ideas, y el resultado no fue del todo convincente. Primero: no es cierto que el avión sea mas rápido: he tardado doce horas desde que he salido de Valladolid hasta que he llegado a Nantes, sólo una menos que en autobús. Salvo que tengas una linea directa entre las dos ciudades y/o el precio sea barato, no merece la pena. Luego están los precios, porque claro, ryanair es muy barato, pero lo que te cuesta el conjunto del viaje cuando coges aviones, no. Es muy fácil decir "me sale por 30 euros". Mentira. En cuanto al cansancio, pues teniendo en cuenta lo que dura el viaje completo, no es mucho menor.

Es, de calle, el transporte que más contamina, y también el más peligroso, por mucho que se aproveche la tremenda subjetividad de la ciencia estadística para maquillarlo. Todo depende de si uno contabiliza el número de accidentes en función del numero de viajes, tiempo del viaje, distancia recorrida, etc. En cualquier caso no tranquiliza volar dos días después del spanair y otro después del aterrizaje forzoso del ryanair en limoges. Y recuerden, aunque este año morirán en la carretera tantas personas como las que lo han hecho en aviones en 30 años, la diferencia estriba en que uno puede tener un accidente de coche y salir ileso o herido. En un avión todo accidente es mortal. Otro dia les explico por qué hay chalecos y no paracaídas en los aviones...

Pero lo más decepcionante ha sido el AVE. Para empezar, era un Alvia. En ningún momento del viaje pasamos de 198 km/h. Cuando uno sabe que un talgo moderno (de los 90) en vías tradicionales en buen estado puede circular a 180 km/h, contemplar el dinero que se han gastado en nuevas vías construidas desde cero (y esos túneles...) nos hace concluir que se hace mas por apariencia que por otra cosa. No es casualidad que la mayoría de países europeos estén transfiriendo fondos de sus altas velocidades hacia los trenes tradicionales.

Hay que ser solidarios con los problemas de la gente, ya sean niños de África o grupos financieros, pero a la hora de coger un transporte que sacrifica velocidad por solidaridad, nuestra respuesta es: "es que el tren es más lento porque hace paradas".

Respuesta: la "nueva" biblioteca nacional, que alberga un bosque...
Vista desde la pasarela, en el barrio de Bercy.

4 de septiembre de 2008

Hace tiempo que he decidido ceñir la temática política a la sección ahora que tenéis a la derecha. Pero en ocasiones no consigo que los enlaces se comenten por sí mismos (o simplemente quiero decir algo más que lo que me cabe ahí). Por pasos:

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"Reforma de la legislación sobre el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo para adoptar un sistema de plazos"
programa electoral del PSOE para la legislatura 2004-2008

2
"Para ello es necesario un debate social en profundidad. Compartimos el fondo de la moción de IU, seguiremos trabajando por un cambio tranquilo basado en el consenso, en el diálogo, pero creemos que este no es el momento ni el procedimiento para tratar un tema tan serio. No es aquí ni ahora donde los partidos deben fijar sus programas electorales."
Pilar López, diputada del PSOE, 18 de diciembre de 2007

3
"No hay gran demanda para modificar la ley del aborto"
M.T.F.V., vicepresidenta del gobierno, 23 de febrero de 2008

4
Noticias del 2 y 4 de septiembre de 2008.